lunes, 6 de julio de 2009

A falta de oxígeno

Nunca deseé tanto una muerte como la tuya
sin quererlo, buscamos nuevas formas
de destruir lo que luchamos por construir
de aniquilar cualquier cosa,
cualquier rastro de sentimiento,
ahora,
tan ajeno a nosotros.
Un escapulario, un rosario
nunca fueron objetos deseados
hasta este momento
nunca desee tanto una muerte, como la tuya.
Y lo peor de todo es, que mientras aún te encuentres,
La muerte anhelada siempre será,
_________________________La mía.

1 comentario: